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Fuente: http://mipueblodalias.blogspot.com.es/

Jornaleros andaluces

En estas dos fotografías históricas de épocas similares, entre 1910 y 1920, es visible la diferencia laboral. También lo es la vestimenta y las herramientas. Mientras que los arrieros andaluzes utilizan burros y barriles para transportar alimentos, los obreros indústriales calalanes utilizan piezas complejas y máquinaria pesada.

Obreros catalanes

fuente: mipueblodalias.blogspot.com

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Cuestión cultural

 

Los andaluces son ahora en Cataluña un regalo cultural, pero no siempre fue así. No solo debían paliar el efecto de un idioma y un cosmpolitismo totalmente desconocido para ellos, debían ganar una aceptación cultural. Como en cualquier movimiento migratorio, los allegados fueron considerados una amenaza para los obreros catalanes. No para los empresarios burgueses, que tenían la oportunidad de rebajarles los sueldos.

 

Discriminación social

 

Se les consideraba gente culturalmente atrasada, se les consideraba “xarnegos”. En el 1949 existe una prueba de ello, el diario Solidaridad Nacional catalogaba a los inmigrantes andaluces y en general también a murcianos y extremeños como “auténticos trogloditas”. El profesor de la UAB Marin Corbera, y director del estudio Cataluña novena provincia de Andalucía, asegura que esto no duró mucho pues “fueron los propios inmigrantes quienes se integraron entre sí transformando el suburbio en barrio y escalando posiciones a pulmón en la escala socioprofesional de la industria local”.

 

 

Ayuda sureña contra el fascismo

 

Años más tarde ya a finales de los 50, los libros de historia nos cuentan como los andaluces fueron sin duda alguna, ayudas sociales contra el fascismo y grandes participes en el Asociacionismo obrero.  Durante el auge del sindicalismo obrero anterior a la guerra civil, Andalucia y Cataluña eran las comunidades con más implicación. Ahora Norte y Sur dejaban diferencias culturales, para luchar contra el enemigo común, la precariedad laboral de la dictadura.

 

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